martes, 30 de enero de 2018

Snow Fairy (LUSH)

¡Hola!

Último martes de enero y qué mejor que una review para esos momentos de relax. Ya sabéis que me gusta mucho la marca LUSH y son bastantes los productos que he ido probando en estos años (champús, geles, exfoliantes, mascarillas...). Algunos se han quedado conmigo para siempre (es el caso del champú solido Jason o el exfoliante corporal Ocean Salt) y con otros he vivido un romance de verano. Este gel de ducha lo puedo encajar en el grupo amor/odio.

Llevo varios años yendo a Lush Valencia. La verdad es que cada vez que he subido a Valencia por uno u otro motivo, Lush ha sido parada obligatoria para mi (me gusta oler los geles y, a día de hoy, la tienda online no me da ese servicio). Pues bien, siempre terminaba con un bote de Snow Fairy en la mano. No sé si era ese color rosa denso lo que me llamaba la atención, pero me atraía como un imán. Lo olía y reolía y siempre me dejaba con la misma sensación "ufff...huele demasiado a chicle para mi gusto...que empalagoso" y el pobre bote volvía a la estantería


Y eso que él intentaba con todas sus fuerzas gustarme, le ponía empeño...pero yo soy más rara que un perro verde para los olores, y si mi olfato dice que no, es no.

Este año, con las Rebajas Físicas (porque los que dependemos de la tienda online nos quedamos sin ellas...muy mal Lush, muy mal), el Snow Fairy estuvo al 50%, así que recurrí a mi amiga valenciana para que hiciera una pequeña excursión y me consiguiera uno de esos botes y algunos productos más rebajados (eso no quita que cuando subí yo unos días después tocó nuevamente visita a Lush).

Me estaba comprando un gel de ducha que no me gustaba, cuyo olor no soportaba pero mi cabeza solo gritaba "50% de descuento"....y eso que mi compinche me dijo que si estaba segura de lo que quería porque eso olía demasiado a chicle. Pensé que si no podía con él en la ducha siempre podía usarlo como jabón de manos (aquí ya había entrado en fase de autoconvencimiento....esta fase la sufro muchas veces jajaja).

El caso, que ya una vez en Valencia lo olí y, bueno, no fue un rechazo automático, pero ahí fue cuando pensé que me había equivocado rematadamente. Vuelta a Alicante y cuando me metí en la ducha me dije que era el momento de probarlo y ver si me convencía o tenía que volver a ponerme a remojo...y.....¡¡¡me enamoró!!! ¡Dios! creo que me estuve oliendo los brazos hasta que me acosté...¡sí! huelo a chicle, pero huelo a maravilloso chicle de fresa y no puedo parar de olerlo cada vez que entro en el baño.

Ahora entiendo a toda esa gente que cuando comenzaban las rebajas pedía a gritos que el Snow Fairy estuviera al 50%, esa legión de adictas a él que hablaban de lo maravillosamente que huele....soy adicta al Snow Fairy....me uno a su legión de seguidoras. Creo que nunca encontraré uno que huela tan sumamente dulce y fantástico.

Decirme que me entendéis ¿sois adictas a un olor raro y nadie os entiende?


¡Besos!


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